domingo, 24 de mayo de 2009

Esperamos mas sanciones

Como sabemos en nuestra capital día a día se sufren las inconductas de los conductores de una manera u otra. Esperamos que se respeten las sanciones y asi los conductores puedan saber que las leyes se hacen para acatarlas y no burlarse de ellas.

Los choferes que manejen con la maletera, puerta o capot del vehículo abiertos durante la marcha, serán castigados con S/. 284 nuevos, según el artículo 130 del nuevo Código de Tránsito, que entrará en vigencia el próximo 21 de julio.
La referida norma también señala que está prohibido transportar personas en la parte exterior de la carrocería o permitir que sobresalga una parte de su cuerpo, advirtió el Ministerio de transportes y Comunicaciones.

Carga o descarga de mercancías:
Asimismo, el MTC informó que similar sanción recibirán los conductores que carguen o descarguen un vehículo interrumpiendo el tránsito o poniendo en riesgo la seguridad vial.
En ese sentido, los choferes no deben detenerse para cargar o descargar mercancías en los lugares que puedan constituir un peligro u obstáculo a la circulación.
De otro lado, con S/. 284 soles serán sancionados los conductores cuando no coloquen las señales de estacionamiento o detención de un vehículo ocasionado por razones de fuerza mayor que obstaculicen el tránsito.
Estas sanciones son catalogadas como graves (G) según el Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de Tránsito – Código de Tránsito./ Andina

domingo, 17 de mayo de 2009

La Fiel y Leal Comando Svr



Ser de Alianza es una pasión diferente qve para siempre llevo conmigo

Mvchas veces svfrí, pelee y llore por tí...diez años qve llevo en vna tribvna donde asiste el qve qviere saber qve se siente cvando hay vn gol a favor o en contra. Como se dice en vno de los temas de nvestro Comando Svr ..."No pvede ser blankiazvl aqvel qve no haya llorado, aqvel qve no haya svfrido, cantando aqvi en svr..."

A los verdaderos hinchas se les ve cuando las papas queman, cuando muchos quieren bajar los brazos y caer en el abismo profundo de la desesperanza, los corazones de los que ciertamente están enamorados de los colores de una camiseta, tienen que seguir palpitando, nutriéndose en tiempos de sequía y derrotas del solo amor presente en un pueblo que sufre mucho, pero alienta más.

Como en el partido contra Sao Paulo por la Copa Libertadores 2007, cuando ya habíamos perdido todos los anteriores, no era ni siquiera "matemáticamente" posible coneseguir algo y como dijeron muchos, jugábamos por nada. Yo me encontraba caminando ese 28 de febrero con mis amigos los que nunca abandonan por Isabel la Católica para llegar a nuestro destino. Es cierto, no éramos muchos pero como me dijo uno de ellos, éramos los que débíamos estar. Y con tristeza vi que mi equipo realizaba una campaña desastroza, pero con orgullo vi que incluso cuando no había nada que ganar, mas que el honor, la fidelidad del pueblo acompañaba en las buenas y en las malas, como dice la canción. Cuando terminó el partido y volví a mi casa entrando a mi habitación ,mi Madre, que sabia el reflejo de mi rostro, me preguntó si había valido la pena ir a ver a mi equipo perder. Yo le contesté con sinceridad y cariño que siempre valía la pena ir a ver a mi Alianza Lima.

Por eso, en el partido contra San Martín del año pasado en Matute al que no pude ir porque estaba hospitalizado, tan lejos de la cancha pero tan cerca del sentimiento, apenas llegaba mi Madre pedía un diario para poder enterarme del resultado. Tenía puesta mi camiseta, que llevé como muestra de que los amores se llevan a todos lados, y vi el resultado - San Martín 5, Alianza Lima 0 - por poco y me caigo de la camilla. ¡Qué tristeza obtener un resultado así, pero qué dolor más fuerte el no haber podido estar en la tribuna al lado de mi equipo! Con más convicción que antes, lo quise más y esperé con ansias el volver a mi segunda casa (matute) para estar nuevamente ahí, donde el hincha debe estar: en el cemento.

Alianza Lima ese año realizó una campaña pésima. El trabajo de Arrué no bastó y las falencias tanto tácticas, dirigenciales y emocionales nos había traído más tristezas que alegrías. Es así que cuando llegó el partido contra San Martín en el Callao, pensé que era oportunidad para una revancha y saliendo apurado de mis clases para poder llegar al Miguel Grau. Llegamos y vi que era un partido muerto: jugar con un equipo que no tiene barra en absoluto ensombrece el ambiente. No éramos muchos, es cierto, pero nuevamente estuvimos los que debíamos estar. Y es entonces que llegaron los goles... en contra. Lo extraño fue que muchos no se daban cuenta hasta que volteaban - como yo en dos de los 5 que nos metieron esa noche - y veían en el tablero luminoso el resultado. Uno, dos, tres, cuatro... cinco. Parecía una pesadilla en cámara lenta, un suplicio decadente para nosotros, que veíamos estupefactos como estos individuos en la cancha jugaban todo menos fútbol, ponían todo menos corazón y sudaban todo menos la camiseta. Era descorazonador ver los intereses de miles - aunque esa noche solo hayamos sido cientos - en manos, o mejor dicho pies de gente que parecía jugar en cualquier equipo de barrio menos en Alianza Lima. Muchos de nosotros desesperaron, algunos ya querían irse y hasta concertaron ponerse de pie todos y salir al unísino para hacer sentir la protesta y rechazo ante esa actitud.

Felizmente entraron en razón - nada se soluciona saliendo - y nos quedamos ahí, en ese frío del Callao puteando a jugadores que solo querían que se acabe el partido para terminar la verguenza, pero alentando a esos colores dueños del corazón. Cuando terminó el partido y la gente no sabía exactamente qué había sucedido, miraba el 5-0 en el tablero una y otra vez esperando que en una parpadeada el número aminore, empezamos a salir caminando despacio, meditando en qué estaba sucediendo con este equipo y cantando en voz baja: No puede ser blanquiazul, aquel que no haya llorado, aquel que no haya sufrido, cantando aquí en sur.

Luego de ese miércoles desastroso, muchos pensaron que era el debacle de Alianza Lima. El sábado, a solo tres días, jugábamos contra José Gálvez y todos pensaron que nadie iría al estadio. Que la tristeza había matado a la fe, que los resultados no nos habían acompañado y que el hincha aliancista estaba harto del fracaso. Pero no fue así, y es que Alianza Lima es más grande que sus problemas. Qué emoción el estar en sur,al costado del bombo donde siempre estoy y ver que poco a poco la gente iba llegando! Hombres, mujeres, niños, almas aliancistas que habían decidido apoyar a su equipo a pesar de tantas derrotas seguidas, a pesar de tantas penas. La tribuna fue haciéndose más grande con cada voz que se iba aunando al canto, al aliento, al amor. Ya lo había dicho la página de la barra: Aquí solo hay dignidad. Y estuvimos ahí, dejando garganta y corazón, gritando que como todos los años, esta hinchada esta tarde ha venido para estar a tu lado, para quedarse contigo. Una tras otra, arena tras arenga, el equipo se mostró diferente. Otra actitud, otro sentimiento, otro juego. La presión de toda esa masa de gente tuvo sus frutos y Aguirre nos regaló tres alegrías luego de tantas lágrimas. No era la absolución final, pero era un resultado positivo después de no sumar ni siquiera de a uno. Ya cuando terminó el partido y veía a todos salir desde arriba, me sentía orgulloso de ser parte de una barra que nunca abandona y te sigue a todos lados por que asi juegues en la punta del cerro ahi estaremos.

Estos son algunos de las tantas cosas que pase e hice por ti...este amor que te tengo no se compara a nada y aunque muchos quieran callar esta voz no lo podran hacer ,asi intenten apagarla miles de veces...Asi que ya saben hinchas aliancistas Nada nos debe separar en las buenas y en las malas de nuestro ALIANZA CORAZON...

jueves, 7 de mayo de 2009

La Fiebre de la Gripe Porcina


La gripe porcina (también conocida como influenza porcina o gripe del cerdo es una enfermedad infecciosa causada por cualquier virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae, que es endémica en poblaciones porcinas.
Estas cepas virales, conocidas como virus de la influenza porcina han sido clasificadas en Influenzavirus C o en alguno de los subtipos del género Influenzavirus A (siendo las cepas más conocidas H1N1, H3N2, H3N3 —aislada en Québec— y H1N2—aislada en Japón y Europa.Aunque la gripe porcina no afecta con regularidad a la población humana, existen casos esporádicos de infecciones en personas. Generalmente, estos casos se presentan en quienes trabajan con aves de corral y con cerdos, especialmente los sujetos que se hallan expuestos intensamente a este tipo de animales, y tienen mayor riesgo de infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos.

Esto es debido a que los SIV pueden mutar y adicionalmente, mediante un proceso denominado reclasificación, adquirir características que permiten su transmisión entre personas.Además, tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas de un organismo tengan siempre la misma eficacia, ocasionando que los virus ataquen de nuevo con un mayor efecto nocivo para la salud. Es importante destacar que el brote de gripe H1N1 de 2009 en seres humanos y que se conoce popularmente como gripe porcina o influenza porcina, aparentemente no es provocado realmente por un virus de gripe porcina.

Su causa es una nueva cepa de virus de gripe A H1N1que contiene material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviar, y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.Los orígenes de esta nueva cepa son desconocidos y la Organizacion Mundial de Sanidad Animal (OIE) informa que esta cepa no ha sido aislada directamente de cerdos.Se transmite con mucha facilidad entre seres humanos, debido a una habilidad atribuida a una mutación aún por identificar, y lo hace a través de la saliva, por vía aérea, por el contacto estrecho entre mucosas o mediante la transmisión mano-boca debido a manos contaminadas.Esta cepa causa, en la mayoría de los casos, sólo síntomas leves, y las personas infectadas se recuperan satisfactoriamente sin necesidad de atención médica o el uso de medicamentos antivirales.